miércoles, 17 de julio de 2013

La abdicación de Alberto II de los Belgas.

En este convulso año 2013 en el que hasta el Pontífice Benedicto XVI presentó su renuncia con la consiguiente elección del nuevo Papa Francisco, el mundo de las monarquías también está agitado.

Mientras que en Reino Unido esperamos el nacimiento del bebé real, tercer heredero directo al trono británico, hemos visto como S.M. la Reina Beatriz de los Países Bajos abdicaba en su hijo, el Príncipe Guillermo, quien desde el 30 de abril ostenta el título de Rey de los Países Bajos pasando a ser el soberano y Jefe de Estado del país. Y lo hace acompañado de su esposa, la popular Máxima Zorreguieta, quien desde este mismo día es la Reina Consorte de los holandeses.


Pues bien, lo que en Holanda viene siendo una tradición, ya que en las últimas décadas las princesas heredaban el trono mediante la abdicación de sus madres (recordemos que en el pequeño país llevan tres generaciones seguidas de matriarcado), parece haberse contagiado al país vecino, a la sede del corazón de la Unión Europea: Bélgica.



Alberto II, actual Rey de los Belgas, quien llegó al trono de forma inesperada tras la repentina muerte de su hermano mayor Balduino, abdica en su hijo. Lo hará el 21 de julio, día de la Fiesta Nacional de Bélgica.

Ese entonces Príncipe de Lieja, que decidió tomar el trono que con tanto cariño guardaba S.M. el Rey Balduino para su sobrino Felipe, ahora lo cede, y lo cede a su heredero directo, cumpliendo así, exactamente veinte años más tarde, la voluntad de su difunto hermano. Cuánto le hubiera gustado a Balduino que Felipe hubiera sido su heredero directo, sin embargo, su hermano se interpuso tras su fatal suerte, truncando su deseo.


En realidad, Alberto era el primer heredero en la línea de sucesión al trono de los Belgas, ya que su hermano Balduino falleció sin descendencia, y aunque todos esperaban una abdicación en su hijo, el Duque de Bravante, en aquel momento esta no se produjo. Curiosamente hemos tenido que esperar veinte años para ver consumarse el hecho.


Casado con la guapa italiana, Paola Ruffo di Calabria, con la que protagonizó cientos de portadas del papel couché, desempeñó un buen reinado durante veinte años, y a pesar de las diferencias entre flamencos y valones, Bélgica a día de hoy sigue siendo una, en gran parte gracias a la unidad que aporta su soberano.


Enhorabuena por su decisión Majestad, desde Constanza Business & Protocol School deseamos al Príncipe Felipe y a su bella esposa Matilde una feliz entronización.